viernes, 6 de julio de 2012

Lady Ev. Episodio I - En bicicleta

                  
Me dirigía en la bicicleta a mi hora de terapia, no hacía ni calor ni frío... la brisa casi fresca existía sólo sobre la bicicleta.
Casi llegaba a la esquina del asfalto... pero antes, ¿qué veo? Un perro de líneas sutiles, hocico delicado, casi puntiagudo, mirando... un árbol?!
-¿Mirando un árbol????- pensé mientras daba una vuelta más el piñón y casi frenando mi andar.
Sip, el perro estaba mirando... ¡No! ...No era el árbol! Lo que estaba mirando con semejante calma y atención. Ese pequeño trecho que recorrí entre que pensaba qué diantres hacía el perro mirando un árbol y que volví a mirarlo, ahí se completó la imagen. El perro estaba asistiendo a un espectáculo magnífico, con sobria atención observaba un gato cuasi Chatrán (era blanco con manchas grandes color Chatrán) que, se podría decir, pendía del susodicho árbol!
Parecía estar asistiendo a un espectáculo real, no se lo veía arrasado por el deseo incontrolable de destrozar al felino, estaba ahí, a un escaso metro de él, mirando calmo, sentado como una estatua egipcia, atento...
El gato estaba prendido de una rama por sus uñas, de ambas patas delanteras y se balanceaba, evidentemente no deseaba caer frente al can, aunque no pareciera que aquél deseara eliminarlo... orgullo gatuno, quizás.
Y se balanceaba a un lado y otro, lentamente, como calculando hasta eso. No pude evitarlo, y cuando me dí cuenta estaba riéndome, por supuesto. Para todo esto ya había llegado a la esquina y debía doblar. Les eché una última ojeada, sin dejar de reirme sola, y continué mi viaje. Con una sonrisa enorme -podía sentirlo- en la cara, como una loca de remate.

No hay comentarios:

Publicar un comentario